Después de una hora de buscar la base Amundsen-Scott, casi invisible por estar en gran parte sepultada por la nieve, los miembros de la Unidad de exploración y reconocimiento aerofotográfico al mando del Capitán de Fragata Hermes Quijada lograban la hazaña de aterrizar por primera vez una aeronave argentina en el polo sur. Se trataba de dos Douglas DC-3 y era el 6 de enero de 1962 por la noche. Esta hazaña en los aires haría posible pocos años después la realización de vuelos transpolares que unirían América del Sur con Australia y Nueva Zelanda. Los DC-3 volaron por primera vez en 1935 y se trató de un avión que revolucionó el transporte de pasajeros al ofrecer una combinación de comodidad, velocidad y autonomía de vuelo nunca antes experimentada. Durante la Segunda Guerra Mundial este avión fue modificado para su uso militar. Un DC-3 de similares características descansa en Ushuaia. Es el 5 T 22 "Cabo de Hornos", ubicado hasta ahora en la entrada al antiguo aeropuerto local en inmediaciones del Aeroclub. Estas naves fueron traídas a nuestro país después de 1945 por las empresas ZONDA, Aeroposta y ALFA. En 1949 fueron heredadas por Aerolíneas Argentinas y estuvieron en servicio comercial hasta 1968, para luego ser transferidas a la Fuerza Aérea. El último aterrizaje del “Cabo de Hornos” fue el 28 de julio de 1979, quedando en estas tierras definitivamente. En 2005, la Legislatura de la Provincia lo declaró de interés provincial a través de la Resolución Nº 248 /2005. Luego, fue declarado Bien de Interés Histórico Nacional, por decreto 1.593 del 9 de octubre de 2008.


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