En Tierra del Fuego se usó el escudo nacional a partir del establecimiento de las autoridades nacionales en ella, en 1884. Una vez incorporada como provincia, y siguiendo unánime el deseo de contar, al igual que las restantes, con su propio blasón, hacia fines de 1992 se llamó a un concurso en cuyas bases se estableció que el escudo y su simbología deberían tener en cuenta el espíritu del pueblo fueguino, su historia, tradición, cultura, ubicación geográfica, soberanía y recursos naturales. Realizado el concurso, el 17 de diciembre del mismo año, la Legislatura de la Provincia sanciono la Ley N°61, promulgada el día 24, en la cual se expresa:
Artículo 1°: Téngase como escudo de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, a la obra que acompaña como Anexo 1 de la presente, cuya autora es la Srta. Rosana Giménez, D.N.I. N°: 14.275.683, quien presentara la obra con seudónimo “Kewel”. Como se advierte, de la ley no surge la descripción del escudo, y el anexo que lo representa fue impreso en blanco y negro. Por tal motivo, la Secretaria de Gobierno y Trabajo, con fecha 4 de febrero de 1993 emitió, a los fines de esta publicación, una resolución del escudo a color y detallo su significado.
Explorando el escudo de Tierra del Fuego Antártida e Islas del Atlántico sur, Un símbolo de identidad y fortaleza.
El diseño comienza con un lienzo ovalado, teñido de celeste profundo del cielo austral. En él, un sol naciente de oro que irradia sus diez rayos sobre una majestuosa montaña nevada, la cordillera de los andes, que se alza como un gigante protector del territorio. A sus pies, cuatro pingüinos emperador, dos de cada lado, observan con atención el horizonte, simbolizando la fauna autóctona y la atenta mirada de los habitantes del sur.
Sobre la montaña, una corona de fuego arde con cinco llamas de cada lado, el recordando el origen volcánico del archipiélago y el espíritu indomable de su gente. Un albatros de alas extendidas, símbolo de libertad y sueños sin fronteras, surca el cielo con gallardía, completando la escena con su majestuoso vuelo.
Este escudo, elegido por el pueblo fueguino en un concurso publico, es más que una simple imagen, es un viaje simbólico por la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico sur, un recorrido por su historia, su geografía, su fauna y su gente.